El Peso de la Ley

La crisis está abocando a mucha gente a tirarse a la calle y recoger cualquier cosa que encuentren tirada para venderla como chatarra; el problema viene cuando no sabemos qué cosas han sido abandonadas por sus dueños y cuáles no. Me refiero a que se ha generalizado esta manera de ganar unos euros y ya no se distingue entre dentro y fuera, chatarra, objetos de trabajo y cosas viejas. Quiero pensar que la mayoría de las personas que se encuentran con el dilema de sobrevivir en los tiempos que corren desconocen dónde están los límites: no se puede entrar en propiedades privadas, aunque estén abiertas,  y llevarse herramientas, cables, o cualquier otro objeto, aunque esté roto, en desuso, o parezca abandonado, porque se está cometiendo un hurto, y dependerá de que la cantidad de lo sustraído supere los 400,00 Euros para que sea considerado delito, y lleve aparejadas penas de prisión de 6 a 18 meses. Igualmente se castiga con estas penas a la persona que en un año cometa cuatro faltas de hurto (el valor de lo hurtado no supere los 400,00 euros cada vez)pero sumadas las valoraciones del producto de los cuatro hurtos, en total supere los 400,00 euros. NO es ninguna broma. El primer delito cometido, cuando la pena de cárcel no supera los dos años, se suspende, es decir, no se cumple en prisión, el segundo, si los antecedentes penales no están cancelados, o la primera de las condenas todavía está suspendida, hace que se revoque la suspensión de la primera pena, y haya que cumplir ambas penas en prisión, o en caso de que existan antecedentes penales, no cave la posibilidad de la suspensión de la segunda condena.
Por otro lado, cuando se fuerza un candado, aunque esté viejo y parezca que va a romeperse, cuando saltamos una valla por mínimo que sea el esfuerzo para rebasarla, o cuando se rompe con unos alicates una valla, o los enganches entre vallas móviles, estamos hablado de robos con fuerza, penados con entre 1 y 3 años de prisión (la semana pasada tuve conocimiento de una persona que ha sido acusada de un robo con fuerza porque para llevarse 3 vallas, que cercaban una propiedad, cuyo precio no supera los 36 euros en total, tuvo que cortar con unos alicates las bridas con las que estaban unidas).
Finalmente, si encontramos cosas en la calle hay que asegurarse muy bien de cuál puede ser su valor, y si supera los 400,00 euros, dar parte del hallazgo al Ayuntamiento o a la Guardia Civil, dando los datos de la persona que lo encuentra por si su dueño lo reclama. Si estos objetos no superan dicho valor, tampoco supone que nos los podamos llevar sin más, siempre estaremos a expensas de que su dueño denuncie, porque la ley establece que si el dueño denuncia, estaremos cometiendo una falta de hurto.
Con esta reflexión no intento asustar a la gente, ni tampoco alertar por inseguridad ciudadana, se trata de una reflexión para que aquellas personas a las que la crisis está tratando mal, conozcan cuáles pueden ser las consecuencias de recoger cosas que creemos abandonadas por sus dueños, y no den con sus huesos en una comisaría, en la que les pueden retener justificadamente durante 72 horas, ni se carguen de antecedentes penales. Mi consejo es recoger chatarras y otros enseres sólo de los vertederos, legales o ilegales, hacer fotografías de la localización exacta donde se han retirado, y cuando se tiene el consentimiento del dueño apra retirar esos enseres, pedir que nos lo dé por escrito, algo como "D. Fernando..., autoriza a D. Luis... para que retire los enseres y chatarras que encuentre en la parcela de su propiedad sita en la Calle .., o en el Polígono..., Parcela ..., del municipio ..."
Por último hay que tener mucho cuidado con las personas que nos piden colaboración para retirar chatarras, o que nos dicen que en determinado sitio se pueden recoger porque hay permiso del dueño. Ante esto, si no conocemos a la persona, mejor evitarla, y respecto a lo segundo, lo mejor es ir a la Comisaría de Policía o Cuartel de Guardia Civil más cercano e informarse acerca de la veracidad de esta autorización. Son consejos básicos para mantener la integridad física y moral de la ciudadanía, en tiempos difíciles, pues desafortunadamente la Ley cae con todo su peso ante conductas de este tipo, y cuanto más desprotegida está la persona, con mayor fuerza la aplasta.