martes, 13 de marzo de 2012

Hasta en la sopa

Resulta curioso cómo tenenos de asumido en nuestra vida cotidiana la actuación de abogados y jueces para resolvernos los problemas: es lo que en términos técnicos se denomina como "la judicialización de la sociedad" ¿Quién no ha amenazado a otro, ante un problema de mayor o menor entidad, con que "tendrá noticias de nuestro abogado"? Y quién no ha dicho alguna vez ante la posible resolución de un conflicto algo parecido a "que lo decida el Juez"? Es decir, lo que en lenguaje coloquial llamamos "hasta en la sopa".

Sin darnos cuenta estamos dejando nuestros problemas, nuestras inquietudes, deseos o aspiraciones en manos de terceros, cuando nosotros tenemos la capacidad para resolverlos. Nos deslegitimamos a nosotros mismos, nos restamos valor cuando pensamos que no somos capaces de resolver un conflicto en el que somos parte.

Es evidente que hay asuntos que por afectar a sectores de la vida como la familia, o a la vivienda, tendremos que protocolizar o llevar ante el Juzgado, pero esto podemos hacerlo de dos formas: jugándonoslo a cara o cruz (que el juez decida), o llevando nuestros acuerdos resueltos y redactados, para lo que necesitaremos la ayuda de un experto, y la confianza en que tanto mi contrario, como yo, tenemos la capacidad para llegar a un acuerdo que se acomode lo más posible a nuestras expectativas. Hablando y escuchando se entiende la gente.

miércoles, 7 de marzo de 2012

NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE

No sabía muy bien cómo empezar este camino, aunque lo he recorrido mentalmente en muchas ocasiones. Mi intención es dar mi opinión sobre algunos temas que nos preocupan a todos, y sobre los que un abogado tiene una visión un poco más especializada que puede servir a otras personas. Sin embargo hoy me gustaría comenzar dando un mensaje positivo, aunque es complicado con el panorama actual en España, y a eso hace referencia el título de esta entrada, pero a la inversa. Pocas cosas a nuestro alredor brillan, pero las hay, sigue habiendo oro puro bajo capas y capas de suciedad y corrupción, porque básicamente esta sociedad la conformamos personas, y me gustaría pensar que las personas seguimos siendo buenas, y que somos capaces de hacer grandes cosas. Por eso debemos creer más en nosotros, no será oro todo lo que reluce, pero nosotros somos de oro.